viernes, 13 de junio de 2014

Telarañas.

Un fantasma que vaga por las calles sin destino, arrastrando pesados grilletes que le impiden huir de su cruel suerte. Con la cabeza gacha, camina en silencio, reflexionando sobre cosas que no llevan a ninguna parte. Callejones sin salida mentales. Inconscientemente va construyendo ladrillo a ladrillo un muro, una fortaleza a su alrededor. Una barrera que a medida que se alza, le aleja del mundo. Sin embargo, aunque la barrera se va endureciendo, el fantasma, la criatura, se va desmoronando. En su interior, los golpes van resquebrajando su alma. Poco a poco, se derrumban los cimientos, amontonándose y creando un fuerte peso en su corazón ya inerte. La mirada, perdida, ya no mira hacia ningún punto en concreto. O tal vez sí mira, pero sin ver. Sus pulmones van llenándose y vaciándose, con un aire que irónicamente le quita el aliento. Siente que su energía va agotándose paulatinamente, haciendo que su cuerpo, si se le podía llamar así, se desvaneciera hasta llegar a ser casi imperceptible. Mientras tanto en su mente reina el caos. Un remolino de ideas y pensamientos le turba.

Ha perdido la noción del tiempo, pero éste transcurre, impasible, sin llegar a cicatrizar viejas heridas que parecían estar olvidadas. Ahora están abiertas, más que nunca. Y ese estado empieza a convertirse en rutina. Ojalá pudiese apagar su mente, recordar cómo olvidar todo o simplemente estar un instante sin pensar. Pero por desgracia no puede. Impotencia.

Nota un nudo en su garganta. "¿No es curioso?-pensó.-Hace un tiempo yo mismo tejía esta telaraña de la que hoy no puedo escapar."

Comenzó a ver cómo las figuras de su alrededor empezaban a difuminarse, mientras lágrimas traicioneras recorrían sus pálidas mejillas. Pronto su rostro, hasta entonces indefinido, empezó a adquirir rasgos. Su cuerpo comenzó a tomar forma.

En el suelo, una chica como cualquier otra, oculta su rostro en sus manos arrodillada. Convulsiona a causa del llanto. Y se queda allí, en medio de la nada. Sola, encerrada en sí misma. Como tantas otras veces.